martes, 22 de abril de 2014

Oriana, la bella


Oriana, la bella
El verdugo de los mendrugos

Para los que seguís Telecinco no hace falta presentación. Para los que no, o no tanto, Oriana es una neumática choni de uva, de uñas «postis» y de crines extensibles, joven, con grandes intereses y ocupaciones en la vida, que estudió Derecho y lo dejó a los tres meses porque «me aburría», como Newton, o ¿era Einstein?, y que ama, ama mucho; ama tanto que estando con su novio, ya va para un año, necesita amar más y por eso es sorprendida amando —léase besando— con otro chico de estos de ahora…, de estos de ahora.
Y, cuidado, que ya dicen que transita mucho la universidad para estudiar cómo cazar con amor —que aún le sobra— a un chico que quiere ser juez y no le gusta la tele. De esos que quieren las suegras, vamos.
Y es que amar está muy bien visto. Los padres del cornudo, un chico de estos de ahora…, de estos ahora, incluso la excusan por tanto amor. Les parecía un «pico» inocente, como ella, inocente e ingenua, decían. Lo decían por la foto en la que fueron sorprendidos los amantes furtivos. Los padres son muy modernos, de estos de ahora que…, de estos de ahora: «La chica lleva viviendo en mi casa un año. Nosotros la creemos». A mí me decía uno que lo que pasa es que a ver cómo admiten que han sido engañados durante un año, ¡personas de su clase!, porque hay que ver lo «estirados» que son, ¡y que están!, ¡y que están!
Alguno podría poder querer intentar ver cierta…, e insisto con lo de cierta, falta de respeto al amar tanto a uno amando a otro. Será que ese alguno no entiende de amor —porque no lo habrá conocido, digo yo, «¡al menos amor de verdad!» o «Pos yo amo así», que diría un egódoxa—. Porque el amor es así, ¡llama a tu puerta…! Y los que no crean a esta chica tan fina, con tantos modales, con esas manos de no haber roto un plato nunca porque nunca los ha recogido, que no tiene ojeras nunca porque no sabe qué es dormir poco o mal o madrugar, que no tiene un centímetro blanco porque el Sol se conjuró contra ella, los que no la crean son antiguos, ¡qué digo antiguos!, son arcaicos, ¡qué digo arcaicos!, son extemporáneos, como el amor platónico o el amor cortés. Amores que no tenían sentido, ¿verdad? ¡Es que eso de reprimirse!
La literatura en nuestra cultura lleva hablando del amor unos dos mil años, antes de que hubiera tele, y siempre ha coincidido en lo mismo: si uno ama tanto, pero tanto tanto, debe llevar cuidadito, porque puede salir algo mal, porque se confunde amor con sexo o apetito o deseo, y desear a alguien no es un anatema, pero hacer cositas con otro u otra cuando ya tienes pareja a expensas de esta sí. Se llama falta de respeto, como mínimo, para dejarlo suave.
Pero, claro, ¡eso del respeto chirría tanto hoy en día! ¡Es tan aburrido y extemporáneo!

1 comentario:

  1. Esta chica tiene "dos poderosas razones" para decir lo que dice y para hacer lo que hace: una gran formación académica y una capacidad de dar su amor asombrosa. El resto son críticas de gente malvada y malpensada que lo único que pretende es salir en Tele 5 a costa de lo que sea, incluso de su dignidad personal.
    Y fijaros que lo digo después de haber ido a consultar a "san google imágenes" quién era la doncella en cuestión.
    Saludos

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